
Autor: Marcela Serrano
Editorial: Planeta
Número de páginas:167
Resumen:
Una mujer de campo da a luz y al día siguiente de nacer la bebé sufre un cuadro de fiebre, del cual supuestamente se recupera, pero de igual manera debe quedarse en observación. A la madre le dan el alta y todos los días llega a verla hasta el término del horario de visitas. Un día, la mujer llega a ver a su bebé igual que siempre y le dicen que la pequeña ha muerto, y por ausencia de los padres fue incinerada, le dieron una caja con cenizas y la echaron del hospital.
La madre no se convenció de lo sucedido, tenía fe de que su hija seguía con vida. Visitó a una bruja y ésta le dijo que la chiquita vivía, en una gran casa, y le dio una vaga descripción. La madre, desesperada, recorrió toda el pueblo en que vivía y la ciudad que estaba cerca, pero no encontró el edificio descrito. Al enterarse de lo ocurrido, el marido de la mujer la envía un tiempo con la familia de ella en el campo, sus padres apoyan su teoría de que la bebé no había muerto, pero también le insistieron en que no sería ni la primera ni la última mujer a la que le robarían su recién nacido.
Ya más calmada y de vuelta en la ciudad, la mujer decide instalarse todos los días fuera del hospital donde ocurrieron los hechos a vender pasteles y café, para de a poco ganar contactos que trabajaran allí. Además, concurría a la municipalidad y a diferentes organizaciones, estudió los casos y llegó a la conclusión de que para su hija hubo 2 posibles caminos; que podría haber sido entregada en adopción, y la otra opción es que fue vendida para tráfico de órganos. Un día, mientras visitaba una de las organizaciones, se topó con una mujer muy bien vestida a la que se le rompió el taco de uno de sus zapatos, la madre en busca de la pequeña le ofreció su ayuda para arreglarlo ya que tiempo antes había trabajado en una zapatería. Mientras tanto, conversaban y la mujer que se encontraba reparando el zapato le contó la historia de ella y su hija a la otra y al terminar, la mujer agradecida le dijo que encontró su historia interesante, que además era abogada y se llamaba Olivia. Olivia apareció al día siguiente en el puestito fuera del hospital para seguir conversando con la mujer, cuando el llanto de una pareja las desconcertó. La pareja se dirigió al puestito a comprar y las mujeres aprovecharon de preguntar lo sucedido, la respuesta fue practicamente la misma historia de la mujer. La abogada y la campesina decidieron formar una organización por la causa de los supuestos bebés robados, a la cual casi inmediatamente se unió Jesusa, la mujer de la pareja, y muchas mujeres más. La mujer se hizo la presidenta la organización y Olivia tomó el rol de representante legal, los casos se hicieron conocidos, y el esposo de la mujer no estaba muy contento por ello, pero a su esposa le daba igual, estaba decidida a llegar al final de la historia y encontrar a su hija.
Después de mucho tiempo, la mujer, Jesusa y Olivia llegaron hasta ser partícipes de seminarios internacionales, donde eran las grandes invitadas, además de llevar muchos casos a tribunales y descubrir lo que había pasado con algunos bebés. En medio de un seminario, la mujer estaba a punto de subir al escenario cuando vio a una mujer con una niña. La niña era igual a la mujer cuando pequeña, y por instinto, la mujer corrió hacia la pequeña y se la llevó, pero a los pocos metros la detuvieron unos guardias y le quitaron a la niña. Lo que no sabía la mujer es que la niña era "hija del ministro del interior", y para evitar la cárcel fue enviada a un hospital psiquiátrico por 6 meses, allí la mujer se volvió algo loca y se enteró de que su esposo la había dejado por otra. Elvira, la directora del hospital que había conocido hacía tiempo gracias a Olivia, la tenía como protegida, y cuando se dio cuenta de que el ambiente estaba afectando a la mujer le empezó a llevar libros, ya que sabía que a la mujer le gustaban, y así se fue mejorando hasta aparentar ser una empleada más del recinto. Un día, vio en la tele que un grupo de guerrilleros habían secuestrado a la hija del ministro del interior, como la mujer no quería alterarse solo decidió encerrarse a leer. A los pocos días Elvira le contó que uno de los guerrilleros-secuestradores que había resultado herido estaba interno en el pabellón de hombres del hospital y que deseaba hablarle. Cuando llegó, la mujer se dio cuenta de que el hombre era su antiguo gran amor, a quien había conocido antes de casrse. El hombre le dijo que la niña estaba segura, que era diabética y que el tenía algunas dosis de la insulina, que tenía que dárselas. Entones todos se pusieron de acuerdo, Elvira se fue lejos con la escusa de que su madre estaba enferma y luego renunció, el hombre se fue del hospital para ser procesado, y la mujer escapó del hospital en busca de su hija con los datos que su amado le entregó antes de partir. Al llegar a la casa la mujer supuestamente solo debía entregar la insulina e irse, pero en cambio, le suministró a la mujer que en ese momento cuidaba a la niña unos somníferos que había guardado del hospital, y cuando se durmió se llevó a la niña. Se dirigió a la casa de una amiga que conoció en la organización y en la tarde ambas decidieron que se madre e hija debían irse, ya que la policía la estaba buscando.
Se resguardaron en el campo, pero la pequeña no paraba de preguntar quien era y donde la llevaba, a pesar de que la mujer le respondía que era su madre la niña no le creía, o no lo hizo más bien hasta que llegaron y vieron un cuadro de la mujer cuando pequeña, que perfectamente podría haber sido un retrato de la pequeña por su gran parecido.
Así pasaron sus días en la clandestinidad, temiendo la mujer que algún día se llevaran a su hija, o terminaran atravesadas por una bala en la pelea por seguir juntas, pero siempre disfrutando cada segundo juntas.
Reflexión: Pelear por lo que uno cree justo hasta el final. La mujer no paró de buscar a su hija, sin siquiera saber quien se la llevó, pero finalmente la encontró.
Valoración: Definitivamente no está en la lista de mis libros favoritos, quizás esté dirigido a un público más maduro y no a una chica de 15 años como yo, pero no me gustó. El principio del libro es bueno, pero el final es francamente decepcionante. Yo lo evalúo con un 5,7.
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